CUENTO DISTÓPICO
CUENTO DISTÓPICO.
TÍTULO: LOS VIDEO JUEGOS DEL FAMOSO NIÑO LLAMADO ALEJANDRO.
Érase una vez un niño llamado Alejandro, que era muy fanático a los video juegos. Al salir de la escuela fue corriendo a una sala de juego donde él podía jugarlos, pero cuando llegó, solo quedaban dos máquinas disponibles y una de ellas estaba en un letrero que ponía que estaba fuera de servicio. Alejandro corrió hacia la que estaba operativa pero un niño al igual de su edad ganó el puesto, y Alejandro, en lugar de irse a su casa, empezó a mirar una máquina que estaba rota allí en el salón donde estaban todos los video juegos, él no sabía lo que estaba tocando pero pero de repente vió un rayo de luz de color azul y al cabo de unos minutos apareció en otro lugar totalmente distinto. Aleja dro tenía todo a su alrededor colores vivos y comenzaron a aparecer figuras muy cuadriculadas que formaban torres y castillos. Además en frente de Alejandro, había un pasillo y eso le hizo recordar en su cabeza que parecían autopistas. Al caminar por ese pasillo vio a una gallete flotando y él tuvo la intuición de que quería tomársela, la cogió del suelo y se la comió. A Alejandro le pareció extraño, pero él seguía su camino correcto. Vio otra galleta, repitió la operación y obtuvo el mismo resultado: un clin y la cuenta volvió a aumentar. Entonces, Alejandro vio que se trataba como una especie de reto como los que estaba acostumbrado a ver en los video juegos. Eso le emocionó y empezó a mirar por el suelo haber si había más galletas para ganarse más puntos, la cuenta iva cada vez aumentando. Alejandro, más tarde notó que al final del pasillo había tres círculos de color amarillo, pero en su recorrido encontró algo que no había visto hasta ahora: era una planta en una maceta enorme. Él la veía normal, pero parecía estar un poco fuera de lugar. Alejandro se acercó, la tocó y la planta pareció tomar vida y de repente se le hecho encima. Alejandro solo pudo ver unos dientes afilados y al minuto vio: oscuridad.
Al día siguiente, Alejandro se despertó justo en el pasillo, donde estaba la panta. La vio de nuevo pero esta vez no se atrevía a tocarla él noto que ya solo quedaban dos círculos amarillos en la parte superior de la izquierda del pasillo. Alejandro empezó a andar y empezó a ver las macetas pero él las ignoraba. De repente encontró una puerta muy distinta a las anteriores la abrió y el ambiente cambió, las paredes ya no eran de color azul, sino de color verde y el piso ya no era sólido sino más bien era una especie de red que formaba un puente colgante. Se trataba de un puente muy estrecho donde era muy difícil pasar solo podías caminar con un pie frente al otro. Al intentar atravesarlo, Alejandro se dió cuenta de que desde abajo empezaban a salir una especie de dardos que le amenazaban como si el punte se estuviera cayendo. Alejandro, al día siguiente volvió a despertar con una puerta en frente la abrió y de nuevo se encontraba con el puente giró su mirada a la izquierda y solo quedaba un círculo de color amarillo a su izquierda. Alejandro abrió la puerta y se encontró con unas especies de metal flotando como las nubes. Esos pedazos de metales formaban un camino. Para atravesar ese espacio debía saltar de un pedraño a otro y Alejandro así lo hizo. Pero Alejandro se concentró y logró llegar a la meta. Cuando llegó había otra puerta donde la abrió y había una luz muy brillante que ni él mismo podía resistir, tuvo que cerrar los ojos. Cuando volvió a abrirlos estaba en el suelo viendo el techo de la tienda, había mucha gente a su alrededor. Alejandro, había recibido una descarga eléctrica cuando curioseaba la máquina averiada. Todos los que estaban en esa sala de juegos dijeron que fue una experiencia muy dolorosa y a la vez muy miedosa pero Alejandro dijo que esa había sido la mejor aventura de su vida.
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